sábado, 17 de noviembre de 2018

Extracto de "Más allá del velo", por el astrólogo y alquimista Enkjer Dyntrágora

I: Los Cuatro Anillos del Balance


 Atrunin y Dramuk, los soles gemelos



Ibhn, en toda su impecable majestuosidad, danza permanentemente ante la corte celestial de los astros gemelos, los creadores de vida, los infinitos Atrunin y Dramuk, en un vals imperecedero que nos trae la luz y la prosperidad cada día. Las viejas leyendas nos cuentan que, cuando el vacío reinaba y los Ancestros Primordiales iniciaron la eterna canción, crearon primero a Atrunin, consagración del Orden, para que fuera el eje de éste; el punto de calma en el corazón del patrón. Sin embargo Atrunin se sentía solo en su sagrada tarea, por lo que creó para sí un vástago de su propia estirpe, un hermano gemelo, al cual llamó Dramuk, el motor del tiempo. Una vez encontrado un equilibrio, los Antiguos continuaron con su tarea.

Cuatro anillos concéntricos rodeaban a los gemelos, y en cada uno de ellos, un Antiguo comenzó a trabajar encalmando al Caos. De este proceso celestial, surgieron cuatro mundos, colmados de complejidad y poder, cada uno semejante pero a la vez tan distinto de los demás. Fueron nombrados según la predominancia de los elementos en cada uno.

K'zet, el más cercano a los gemelos, fuego iracundo, la brújula entre el mar entrópico; su luz, un reflejo de sus padres Atrunin y Dramuk, esencial para la creación de la dirección y la orientación. Aún hoy, las rutas de comercio que los varios imperios y conglomerados emprenden en el mar son en gran parte guiados por K'zet, a menudo también llamado "el Ojo de la Luz Interior", relacionado también con la voluntad, la fe, el deseo de cambios. Los alquimistas, psíquicos y seguidores del Culto de Nerhkal consideran a K'zet un astro sagrado en la bóveda celestial.



Conjunción de K'zet y Ur-grah en el cielo crepuscular de Ihbn 


Ur-grah, energía concentrada, el segundo más cercano, tormenta no viva ni muerta, representación de la guerra eterna, pero también del honor y la resistencia. Un planeta vinculado también a la transgresión, pues su órbita está totalmente inclinada respecto a las demás. Se le denomina "Escudo de Vúndr", pues su forma angulosa le hace parecer mucho al tallado que hay sobre las Planicies Estacadas, donde se cree yace Vúndr, Titán de la disciplina y las artes marciales. A menudo, cuando K'zet y Ur-grah conforman un eclipse, se dice que su poder concentrado mejora considerablemente la calidad en las forjas, creando armas y armaduras más fiables y eficientes. Una pequeña orbe llamada Xun, gira alrededor de Ur-grah, siendo visible cuando ésta pasa frente a los gemelos.

Luego está Ihbn, el tercero, portador de vida y fertilidad, siendo el agua su elemento predominante. Sin embargo, como cuentan las primeras leyendas, aquí es donde el Orden consiguió dominar sobre el paciente Caos con mejores resultados. Mucho se ha hablado ya de los Titanes, descendientes del Orden, quienes deshicieron y rehicieron una y otra vez el flujo de energía del planeta hasta que éste consiguió estabilidad y control. Es por los Titanes que heredamos, en parte, control sobre este orden, pudiendo realizar actos prodigios de magia, voluntad y control de los elementos de la realidad. Ante él, se suspenden tres orbes, llamadas Briminur, Skhail y Ormdun.

Briminur trae el equilibrio de las aguas, al estar más cerca de Ihbn, y su brillo nocturno puede ser tan imponente que oculta a sus hermanas. Skhail es un lienzo que, cada cierto tiempo, cambia sus colores y relieves, como si un artista creara y deshiciera una obra de arte constantemente. Ormdun, el Guardián Exterior, es un inmensa roca esférica, casi de la mitad del tamaño de Ihbn, la más lejana de sus lunas. Es la que atrae para sí los impactos de los fragmentos de Hazhar, Error de la Creación, la esfera que estaba en el lugar de Ihbn antes que su equilibrio se rompiera y el Caos consiguiera ganarle al Orden.

Por último, Thenral, el cuarto, aire dominante, le hace un planeta mayormente gaseoso. Es llamado Cenagal de los Perdidos, pues todo cuerpo celeste que pasa a través de él se ve alterado completamente. Se desconoce lo que hay tras su velo de colores verdes y azules, pero los E'rihad cuentan que emite cierta forma de luz que incide sobre la superficie de Ihbn y permite un mayor crecimiento de formas de vida plantáceas. Se le asocia con Lynmej, un sector en el sur de Måndregul donde hay un zigurat que, si pudiera mirarse desde arriba, sus almenas se distribuyen como las semillas de un girasol. Algunos creen que ahí duerme un Titán, otros, que en el centro del colosal laberinto yace una entrada a un lugar desconocido. Ninguna expedición ha regresado al adentrarse ahí. (Para mayores referencias, consulte el Capítulo 13 de "La Magna Diversidad").

Estos cuatro planetas delimitaron la región del balance, un punto donde el Orden se mantiene estable y fluido, sin degenerar a un punto de estoicismo inquebrantable que impida la evolución del cosmos. Más allá de Thenral, yacen otros orbes, pero serán comentados en una sección posterior.



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Comentario del Autor: He aquí un cambio de fase. En lugar de profundizar en alguna facción, he decidido mirar a los cielos. El "sistema solar" en este universo es un sistema binario (dos soles que orbitan entre sí) y una cantidad indeterminada de planetas (hasta ahora, 4, pero pueden haber más). Dichos planetas tienen algo que los caracteriza, y tienen cierta influencia sobre algunos sortilegios (a saber, magia cúpica, poder psíquico, alquimia). La alquimia iba entrelazada con la astrología en tiempos antiguos, así que, en este universo compartido, la imagino de igual forma. La alquimia en Ihbn es una forma de "magia" pero más racional (ahondaré en ella después).




Hay algunas referencias al panteón mesopotámico en este apartado, empezando por el nombre del autor, Enkjer, referencia a Enki, y algunos de los nombres de los astros, así como sus roles. El Caos y el Orden son dos facetas comunes en las leyendas de la creación, y aquí son dos "fuerzas fundamentales" que tratan de sobreponerse la una a la otra. La región del sistema delimitado por estos cuatro planetas es el "Anillo del Balance", donde el Orden prevalece.




En estos planetas o en sus lunas podría haber vida, puesto que la vida es una manifestación de materia y energía trayendo Orden alrededor del Caos. Aún no sé si ahondar en ese asunto, pero el marco que he creado hace plausible que pudieran existir otras formas de vida. De hecho, una de las tantas posibilidades del Zigurat de Lynmej es que sea una puerta ancestral hacia otro planeta (ya explicaré esta región en un futuro).




Una nota importante: El Orden no es bueno, ni el Caos malo. Son analogías de dos estados opuestos, nada más. De hecho, demasiado Orden degenera a esclavización, dominación completa y regímenes dictatoriales (como lo que está comenzando a pasar en Fédregahl en menor grado). Exceso de Caos lleva a anarquía, desorden y pérdida de sentido, o a una distorsión del Orden original (como lo que le pasó a los Shariitas).


Autor Original Heimdal, de Fantasitura

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